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03. Del Mississippi al Tera: Alan Lomax en Sanabria, 1952

03 Puebla desde el Parador

Durante el verano de 1940, Alan Lomax recorrió el delta del Mississippi en busca de un músico llamado Robert Johnson, a quien estaba muy interesado en grabar para el Archivo  de Canciones Folclóricas de la Biblioteca del Congreso. Alan Lomax ya tenía experiencia en grabaciones de campo, pues con poco más de diecisiete años su padre, el también folclorista John Lomax, se lo llevó como ayudante en los viajes por las prisiones de los estados sureños en los descubrieron, por ejemplo, a Huddie Ledbetter: Leadbelly.

Por su parte, Robert Johnson fue un tipo misterioso. Nieto de esclavos, viudo desde los dieciséis años y casado después en segundas nupcias, aficionado al blues y a la fiesta, contaban que durante un tiempo intentó ganarse la vida como músico, pero que no lograba hacerse hueco en una escena donde las estrellas locales se llamaban Charlie Patton  o Son House. Y dicen que, harto de aguantar burlas sobre su escasa pericia, una noche, en un cruce de caminos, invocó al diablo y entregó su alma a cambio de convertirse en el mejor bluesman de todos los tiempos. Si lo consiguió o no es cuestión de opiniones, pero lo cierto es que en dos sesiones de 1936 y 1937 dejó grabadas veintinueve canciones que marcaron de forma indeleble primero el blues y después el pop y el rock producido desde entonces.

En 1940, en Clarksdale, alguien le contó a Lomax que Johnson llevaba un par de años muerto, no se sabe muy bien si por una neumonía, una sífilis o  envenenado por un marido quisquilloso. Pero que a pocos kilómetros de allí, en la plantación Stovall, había un chaval que tocaba en su mismo estilo y al que merecía la pena escuchar. Lomax se fue para allá, localizó al músico y lo convenció para grabar un par de tomas con el equipo que llevaba en el maletero del coche. Al verano siguiente volvió y realizaron otra sesión, ya de mayor minutaje. Años más tarde, el chaval recordaba que al principio creyó que el folclorista era en realidad un policía secreta interesado en sus negocios paralelos con el whisky de contrabando, que trató de dejar muy claro que a Robert Johnson no lo había visto en su vida y a él quien le gustaba era Son House, que Lomax pagó muy bien las sesiones y, sobre todo, que escuchar su voz en aquellas cintas fue lo que le decidió a emigrar a Chicago y convertirse en músico profesional. Se llamaba McKinley Morganfield, más conocido como Muddy Waters.

03 Bernard Hoffman: Alan Lomax & Jerome Weisner
Foto: Bernard Hoffman. Alan Lomax y Jerome Weisner

Durante la década de los '40 Alan desarrolló una intensa labor para la promoción de la música folclórica norteamericana, tanto con su trabajos de campo para la Biblioteca del Congreso como por sus programas de radio, colaboraciones con universidades, organización de recitales e incluso como caza talentos para la industria discográfica. Él estuvo detrás de las más significativas grabaciones de Woodie Guthrie o Pete Seeger, convirtiéndose en pieza clave del folk revival. Sin embargo, a principios de los '50 fue señalado como simpatizante comunista durante la llamada “caza de brujas” del senador McCarthy y aprovechó un encargo del sello Columbia para poner tierra por medio y establecerse durante unos años en Londres, que utilizaría como base para sus viajes de grabaciones por Escocia, Irlanda, Rumanía, Italia... y también España.

Alan Lomax llegó a España en junio de 1951, por encargo de la BBC, para grabar un festival de música folclórica en Palma de Mallorca. No era un viaje que le apeteciera mucho ni tenía intención de prolongarlo, no se consideraba con preparación etnográfica, ni siquiera con cinta magnetofónica suficiente. Su primera intención fue encontrar un musicólogo español que le ahorrase el trabajo:

“(...)Se encontró con el musicólogo Costantin Brailoiu, el musicólogo alemán Marius Schneider y el musicólogo español García Matos, quien estaba realizando estudios sobre el folclore español con apoyo del alemán, entonces director del Instituto de Musicología de España con los Archivos de Música Popular de Ginebra y UNESCO. Sobre Schneider y sus amenazas veladas («me aseguraré de que no reciba usted apoyo de ningún musicólogo español»), escribió Lomax en su saga «Folksong hunter» que era un «autoritario idiota y nazi refugiado que había asumido la dirección de música folclórica de Berlín después de que Hitler se la quitara a su director judío y que ahora mandaba en el archivo del CSIC». (…) «Me amenazó», continúa relatando Lomax, «con echarme de España, y yo le respondí que grabaría la música de este país desgraciado aunque tuviera que empeñar el resto de mi vida en ello»” . El Legado sonoro de Alan Lomax, Lne, 15/09/11

03 Puebla desde el Tera

“Pero “en una reacción muy característica, Lomax consideró el rechazo como un reto y decidió recorrer el país y hacer sus propias grabaciones como había hecho en otros países”, dice Todd Harvey, director del American Folklife Centre. Los viajes resultarían muy complicados. El FBI había informado de que había un izquierdista estadounidense y defensor acérrimo de la diversidad cultural en España.” Papeles de Música, citando a Andy Robinson para La Vanguardia
«La Guardia Civil, espantosa, con sus sombreros negros, me tenían en sus listas; nunca sabré por qué, pues nunca me detuvieron; pero al parecer siempre sabían dónde encontrarme. En los lugares más perdidos, más olvidados, menos probables, en las montañas... aparecían como buitres negros que llevaban consigo el hedor del miedo, y entonces los músicos perdían su coraje». Alan Lomax, citado por Lne, 15/09/11 (op.cit.)

Sin embargo, Lomax pronto queda fascinado por la música... y sobre todo por la gente de pueblo:

Descubrí que en España el folclore no es mera fantasía o entretenimiento. Cada pueblo era un sistema cultural independiente con tradiciones que penetraban cada aspecto de la vida; y eran estas costumbres, a menudo paganas, la armadura espiritual del pueblo español contra las muchas formas de tiranía que se le había impuesto durante siglos. Fue en su folclore heredado que los campesinos, pescadores, arrieros y pastores que conocí, encontraban los modelos de comportamiento noble y sentido de lo bello que los hacía tan amistosos (…) Yo era su invitado, más que eso, un alma gemela que apreciaba las cosas que ellos encontraban hermosas. Por eso, un folclorista en España encuentra más que canciones; hace amistades de por vida y renueva su fe en la humanidad (…). Recuerdo la noche que pasé en la cabaña de un pastor, en las llanuras de Extremadura iluminadas por la luna. Tocaba la vihuela, instrumento de los trovadores medievales, mientras cantaba baladas a las guerras de Carlomagno”. Alan Lomax, citado por Ceres Ecotur 

03 Puebla desde el Arrabal
“No hizo su trabajo sin consejos: Eduardo Torner, Filgueira Valverde,García Matos, Baroja, Bonifacio Gil y otros le dieron pistas e ideas. Hizo una serie de emisiones sobre las encuestas “España para la BBC”, las cuales fueron muy bien recibidas: el clima izquierdista de Inglaterra respondió con simpatía e interés. Pero, os preguntáis con razón, ¿y Sanabria? En su impresionante diario, entre los apuntes de su estancia en Galicia aparecen unas notas escritas a la mano (en inglés, por supuesto): “sugerencias para Sanabria”.Viene el nombre de un tal don Cesario, apunta las localidades San Martín de Castañeda, Puente (sic) de Sanabria, Riva de Lago (sic); menciona un tal gaitero Julián y otro, Juan, de Pedralba... aparecen unas letras: “...Manda el rey un pregón /desde Madrid a Toledo/ si quiere ser capitán/ con cien ducados de sueldo...” de un joven de Ribadelago y de un tal Plácido Esteban. Pero no parece haberlo grabado. Ni haber ido a estos pueblos, sino apuntarlos como sugerencias. El día 9 de diciembre del 1952 se encuentra en Puebla de Sanabria; escribe una nota breve sobre el trabajo del trigo y los “romances de majas”.Y en un bar de Puebla –no apuntó el nombre– la única cosa que consiguió grabar en la región: “Camino de Guadarrama”; escribe al respecto: “canta primero uno, y el grupo repite”, aunque después, en otro lugar, dice que la cantó un adolescente. Pero allí se le acabó la cinta, y en Zamora, en 1952, vete a comprar cinta para grabar... Tuvo que volver a Madrid –y no por primera vez durante su estancia en España– para buscar la cinta que le mandaban por correo desde la BBC.” Judith Cohen , El Filandar / O Fiadeiro, nº14 (2003)

Ya no volvería. Según Judith Cohen, desde Radio Zamora enviaron a Lomax dos cintas con canciones “que habían conseguido grabar para él”, de las que solo se ha podido recuperar una de ellas, con una única canción. En el artículo que Alberto Jambrina Leal y Pablo Madrid Martín dedican a la visita del musicólogo en la Revista de Folklore (nº.350, 2011) mencionan unicamente la “LA SIEGA” DE RIBADELAGO:

03 Ribadelago Viejo
“1. Romance del Mozo arriero y los bandoleros. Manuel Lorenzo y coro de vecinos, Ribadelago, octubre de 1952.

Camino de Guadarrama / se paseaba un arriero,
seis mulas lleva cargadas / siete con el delantero.
Y al subir una cuestica / y al pasar un arroyuelo...

El contexto sociocultural y económico que Alan Lomax encuentra en Sanabria es el mismo que se podría haber encontrado en siglos anteriores, más próximo a economías de subsistencia que al desarrollo turístico actual, siendo la década de los años cincuenta el punto de inflexión anterior al proceso de despoblación que sucedió en los años sesenta y setenta provocado por la emigración campo-ciudad. Parte del repertorio musical tradicional está asociado a esta antigua forma de vida que dependía de cultivos minifundistas unifamiliares y del aprovechamiento de una exigua cabaña ganadera. Determinadas tareas, como la siega, se realizaban de forma comunal mediante hoz para el centeno, pues el pan que se comía se realizaba con este cereal. La presente grabación corresponde a este tipo de faenas colectivas y es conocida en la comarca como la tonada de “la siega del pan”. (…) La letra de esta grabación sólo aparece esbozada, pero en las versiones más completas el protagonista se encuentra con siete bandoleros, que lo acompañan hasta una taberna con la intención de envenenarlo y robarlo. Él, al darse cuenta, los mata y es prendido por la justicia y encarcelado. Estando en prisiones escribe una carta al rey contándole el suceso y éste, lejos de condenarlo, premia su valentía otorgándole una recompensa económica.”


Sin embargo, en Cultural Equity aparece otra canción (en tres tomas) atribuida a Ricardo Otigueiro Dopazo y niños desconocidos:

Los Mayos  PULSAR SOBRE EL TÍTULO PARA ESCUCHAR

¿Ésta es la grabación que envió Radio Zamora? El Camino de Guadarrama... ¿se grabó en Ribadelago o en el bar de Puebla de nombre no recordado? En realidad, poco importa: escuchar estas voces ya es suficiente para gozar de un viaje en el tiempo instantaneo.

03 Lago de Sanabria

Alan Lomax volvió a instalarse en Estados Unidos en 1959 y continuó trabajando en la preservación y promoción del folclore. En 1983 fundó la Asociación para la Igualdad Cultural (Association for Cultural Equity), con sede en el Campus de Bellas Artes de Hunter College, en Nueva York, con la misión de “estimular el patrimonio cultural a través de la conservación, investigación y difusión de la música tradicional del mundo, y para volver a conectar personas y las comunidades con su patrimonio creativo”. Tras el retiro de Alan en 1996, su hija Anna ha continuado al frente de la asociación y se ocupa de mantener los inmensos archivos de su padre. Gran parte de ellos son accesibles a través de la página web Cultural Equity

Alan Lomax falleció en julio de 2002 y en este 2015 se celebra el centenario de su nacimiento. Si hemos conseguido despertar su interés, les invitamos a escuchar el programa de radio que Carne Cruda le dedicó el pasado 31 de enero.